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La comunicación entre las familias: ¿es posible evitar los grupos de Whatsapp?

Las nuevas tecnologías han llegado para quedarse y con ellas las múltiples nuevas formas de comunicación que ya están teniendo impacto en los centros educativos. El objetivo de la creación de grupos de Whatsapp de la clase es una manera en que las familias se mantengan comunicadas entre ellas y al mismo tiempo puedan compartir asuntos relativos al colegio y la clase de sus hijos pero, si nos vamos al terreno práctico, comprobamos que resulta una vía ineficaz de comunicación y una fuente generadora de conflictos. Además es importante resaltar que, desde la entrada en vigor de la GDPR, está prohibido incluir a una persona en un grupo de Whatsapp sin su consentimiento.

Por desgracia, lo que antes eran corrillos en las puertas de los centros se ha convertido en una reunión continua, un espacio que deriva en muchas ocasiones en un canal de crítica al profesor o al centro, un medio en el que propagar rumores con gran facilidad.

Muchos de estos conflictos surgen por hacer un mal uso de esta herramienta que pierde su esencia cuando olvidamos el objetivo de su creación: compartir información que interesa a todos los padres y no para abordar otros asuntos.

Veamos algunos ejemplos publicados en diferentes medios de comunicación:

“Había días que me levantaba temprano y ya tenía varias notificaciones en el grupo de padres de los compañeros de mi hijo. Hay personas que envían las fotos de los niños en la playa, de sus quehaceres diarios… "

“Una vez una madre grabó una conversación privada con una profesora y la compartió con el resto de padres. En ella, la profesora comentaba de manera informal el mal comportamiento que había tenido un grupo de alumnos en una actividad extraescolar, así que se lió una buena”.

“Había una mamá que me hablaba sábados y domingos o tarde en la noche. Me preguntaba por qué retaba a su hijo y yo le decía que no era la vía de comunicación”(profesora)

"Desde el centro educativo no se deben prohibir ni evitar el funcionamiento de estos grupos pero sí intentar ofrecer la máxima información y formación posible a las familias para que aprendan a hacer un buen uso de la herramienta."

Desde el centro educativo no se deben prohibir ni evitar el funcionamiento de estos grupos pero sí intentar ofrecer la máxima información y formación posible a las familias para que aprendan a hacer un buen uso de la herramienta. Estas son algunas pautas generales que debemos aplicar para hacer un buen uso de Whatsapp:

  • Si no tienes nada positivo, útil e interesante que aportar mejor no escribas nada.
  • Respeta a los demás y su intimidad: una vez se comparte un contenido ya no hay marcha atrás.
  • No escribas lo que no dirías a la cara. Piénsalo dos veces antes de enviarlo.
  • Deja que tu hijo aprenda a asumir sus propias responsabilidades. Nada de preguntar deberes, trabajos, etc.
  • Ante el mal uso de alguno de los miembros del grupo no dejes pasar la ocasión de mostrar tu disconformidad y hacerle ver que no es la manera correcta de proceder.
  • Evita comentar los rumores que se compartan en el grupo e intenta erradicarlos.
  • Si tus intentos de eliminar estas actitudes del grupo son fallidos, tienes la opción de abandonar el grupo y dejar de formar parte del mismo.
  • No compartas en el grupo contenidos que atenten contra la privacidad de nadie ni sean ofensivos hacia otros.
  • El grupo no se ha creado para criticar, insultar o amenazar. Si tienes que decir algo a alguien en concreto dirígete a esa persona en privado y no en el grupo.

Sería interesante que compartiéramos estas pautas con las familias a través de las reuniones de tutoría, las circulares del centro, de la newsletter o de nuestra App, con el objetivo de que tomen conciencia de la necesidad de establecer una comunicación fluida con los profesores y que el Whatsapp debemos dejarlo para otras cuestiones prácticas.

Considero que el límite lo encontramos en nuestro sentido común y todos deberíamos ser conscientes de cuándo estamos rebasando ese límite, pero aun así hay madres y padres que lo continúan haciendo. Por eso es tan importante que alguien actúe como “moderador”, recordando las normas de uso que hemos establecido. Si la escuela les apoya en este proceso será más difícil que se encuentren con que tienen que intervenir en problemas posteriores. Como se suele decir, más vale prevenir que curar. Se trata pues de un trabajo de prevención que debemos abordar sin invadir el terreno de las familias, transmitiendo siempre un mensaje claro: queremos establecer una auténtica y efectiva alianza familia-escuela.

Desde los centros debemos ofrecer la máxima información y transparencia posible para que, ante cualquier duda o problema, las familias no tengan como referencia estos grupos sino la “información oficial” que transmite el centro.

"Recuerda que la mejor manera de evitar conflictos generados a través de whatspapp es mantener a las familias completa y puntualmente informadas. Y esto es responsabilidad del centro."

Que en el chat circule información que no es cierta o precisa, o sencillamente rumores que se expanden de grupo en grupo, es un peligro. En eso, la responsabilidad de los centros es tan importante como el criterio de los padres. Los centros deben ser conscientes que, en tiempos de redes sociales, los vacíos de información se llenan rápidamente. Eso implica que deben ser claros sobre cuáles son sus canales de comunicación y deben ser proactivos para mantener a su comunidad al día, sobre todo cuando hay situaciones que se salen de lo habitual, emergencias o crisis.

Si en cualquier momento se detecta un conflicto desde el centro podemos ofrecer nuestra ayuda para resolverlo, mostrando a las familias que el espacio donde se han de resolver estas dudas y problemas es en el propio centro y no a través de las pantallas.

Por este motivo no perdamos de vista que las relaciones sociales son fundamentales y además de comunicarnos por estos grupos de Whatsapp tenemos otros canales de comunicación que podemos y debemos aprovechar desde los centros educativos. Necesitamos un plan estratégico de comunicación.

Veamos, a continuación, algunos de estos canales de comunicación:

  • Las reuniones o tutorías presenciales donde se da un contacto directo con el profesorado cara a cara.
  • Las circulares que se remiten a las familias (tanto en papel como online a través de newsletter).
  • Noticias e informaciones de interés a través de las Redes Sociales del centro (Facebook, Instagram, Twitter…)
  • Comunicación directa a través de llamadas telefónicas para informar de un caso particular.
  • Comunicación a través de plataformas o Apps específicas (como Dinantia) que el centro ofrece a las familias para establecer una comunicación más directa, fluida y mucho menos invasiva que Whatsapp.

CONCLUSIÓN

En definitiva, no se trata de evitar o eliminar estos grupos pero sí de llevar a cabo un trabajo desde el centro para que se haga un buen uso de los mismos, o bien, suplirlos con alternativas mucho más eficientes y efectivas, teniendo en cuenta que la comunicación entre el centro y las familias ha de basarse en la proximidad y la confianza. Y recuerda que la mejor manera de evitar conflictos generados a través de whatspapp es mantener a las familias completa y puntualmente informadas. Y esto es responsabilidad del centro.