Prueba con Dinantia

Comunicación familia-escuela. 5 claves para mejorarla

Cuando me preguntan sobre qué es aquello que debemos hacer para mejorar relaciones entre las familias y la escuela no tengo ninguna duda: mejorar la comunicación. Es la clave. Pocos problemas hay de mayor relevancia que el de la comunicación y estoy convencido de que aplicaciones como Dinantia ayudan mucho en este sentido ya que como suelo afirmar existe vida más allá de los grupos de Whatsapp de la clase…

Si solucionamos el problema de la comunicación tenemos muchísimo camino avanzado en la mejora que perseguimos: que padres y docentes nos entendamos y empecemos a vernos como socios y aliados.

Y es que las relaciones entre padres y docentes se van deteriorando poco a poco por no trabajar, desarrollar y poner en práctica una serie de habilidades de comunicación totalmente necesarias para el entendimiento. Me gustaría ofrecerte en este artículo 5 claves que ayudarán a mejorar esta comunicación.

Muchas veces lo que llamamos diálogo no es más que el forcejeo entre dos monólogos

CLAVE 1. Evitar el uso de un doble lenguaje.

Es decir, por delante hablo de una manera pero por detrás de otra totalmente distinta. Esto hace que perdamos algo esencial: el principio de sinceridad. Si los padres tenemos algún problema debemos abordarlo cara a cara con el profesor correspondiente y en el espacio y tiempo asignado. Los problemas con el profesor no se solucionan en los “corrillos a las puertas del cole” o en los “grupos de Whatsapp de la clase” pues los malentendidos crecen y se amplifican.

Para que esto ocurra y los padres vengan a la escuela a exponer sus problemas abiertamente los profesores también debemos mostrar una actitud sincera y de confianza. De esta manera expondrán sin miedo sus desacuerdos, críticas constructivas… Como afirma Bernabé Tierno “ser sincero no consiste en decir todo lo que se piensa sino en no decir nunca lo contrario de lo que pensamos”.

Todo esto nos ayudará a mejorar y crecer. De este modo a quien más estaremos ayudando es a nuestros hijos y alumnos. No lo perdamos de vista.

CLAVE 2. Escuchar.

La escucha es la clave de la comunicación. Lo que ocurre es que el mayor problema de la comunicación es que “no escuchamos para entender, escuchamos para contestar”. Como afirma Josef Ajram:

Es vital que escuchemos a la gente y estemos dispuestos a entendernos. No sirve de nada tener un guión establecido y contestar sin haber escuchado. Es más, si se hace eso, la ira o el enfado de la otra persona irá en aumento, ya que percibirá inmediatamente que no has escuchado nada de lo que te ha argumentado. Estar hablando con personas que les da igual lo que digas…

Por tanto, esta es una de las claves y tareas pendientes para avanzar y progresar. Es difícil conseguir una unión y entender la máxima “somos un equipo” si no somos capaces de basar nuestra comunicación en el poder de escuchar, comprender y reflexionar sobre lo que comunicamos.

CLAVE 3. Preguntar.

Si queremos mejorar nuestra comunicación es fundamental que preguntemos y nos preguntemos. En palabras de Fernando Botella:

Las preguntas son la fuerza que impulsa el pensamiento en una u otra dirección. Sin las preguntas no hay pensamiento posible. Sin las preguntas no hay foco. Sin las preguntas no hay dirección en la que pensar. Las preguntas nos permiten huir de las creencias previas si éstas no nos son útiles. Nos dan la posibilidad de conocer y acceder a nuevas formas de resolver algo. Nos llevan a un nuevo Hacer…

Por eso es tan importante que padres y docentes aprendamos a preguntar ya que nos ayudará a aprender sobre lo que está sucediendo y nos evitará un sinfín de malentendidos y de conflictos fácilmente solucionables.

Preguntar nos llevará a comprendernos mutuamente aunque como destaca Rolando Martiñá:

Comprender(se) no es cosa fácil, porque además – según A. Cortese- algunas investigaciones sobre la relación entre cerebro, comprensión y memoria, establecen que:

  • Usamos habitualmente sólo un cuarto de nuestra capacidad para escuchar.
  • Usamos solo un décimo de nuestro potencial de memoria.
  • En ocho horas olvidamos la mitad de lo que hemos oído.
  • Finalmente, olvidamos el 95% de lo escuchado , a menos que no sea recordado después.
  • Y lo poco que recordamos, a menudo lo deformamos a través de los filtros socioeconómicos y culturales.

Como puedes comprobar, es un tema que debemos tomarnos muy en serio.

CLAVE 4. Humildad.

Todos nos equivocamos a diario: padres y docentes. Y debemos ser capaces de asumir nuestros errores y aprender a reconocer que nos hemos equivocado. En muchas ocasiones esa actitud de “estar a la defensiva” no nos ayuda a reconocerlo y llevamos el error hasta sus últimas consecuencias con tal de no quedar mal ante nadie. Errar es humano y reconocerlo es una muestra de humanidad y sinceridad. De esta manera estamos transmitiendo también un mensaje a nuestros hijos y alumnos: hay que saber reconocer los errores. ¿Qué mejor manera de hacerlo que a través de nuestro ejemplo?

CLAVE 5. Enfoque positivo

Si centramos la comunicación siempre a través de un enfoque negativo, es decir, para comunicar a las familias lo que hacen mal, lo que hacemos es magnificar el fracaso. Debemos poner el foco en lo positivo, en lo bueno. No solo hay que citar a los padres de aquellos alumnos que van mal y no trabajan sino aquellos que se esfuerzan y obtiene resultados positivos para felicitarlos y animarlos a que continúen con ese trabajo. Como destaca R. Martiñá:

Hay que romper con una vieja tradición: que los padres van a la escuela por “algo malo”. Creemos que es muy importante generar una cultura de las buenas noticias. Ver “el vaso medio lleno” no es simular ni engañar, es enfocar diferente. Por ejemplo: se puede comunicar a unos padres que “su niño es muy lento en matemáticas” y/o que “pese a sus dificultades ha hecho esta semana un notable avance”. En ninguno de los casos se miente. Pero los efectos serán distintos.

Estas 5 claves nos ayudarán a iniciar el camino hacia un entendimiento entre padres y docentes con el objetivo de formar un equipo educativo de calidad.

En su libro "Despertad al Diplodocus", José Antonio Marina destaca que “el nuevo docente tiene que saber colaborar con las familias y establecer lazos entre las familias y la escuela”. El propio Marina ha revisado los estándares para la selección del profesorado que han publicado diversas investigaciones educativas o psicológicas de Estados Unidos (CASPE) y estas son algunas de las recomendaciones destacadas:

  • Los docentes tienen que establecer relaciones positivas y productivas con las familias, y mantener una relación abierta, amistosa y cooperadora con la familia de cada niño; animarlas a que se impliquen en los programas educativos y fomentar las relaciones de los niños con sus familias.
  • Los buenos docentes trabajan para establecer buenas relaciones con las familias, para participar en la educación de sus hijos.
  • Puesto que los niños viven en un entorno familiar y comunitario y dado que las investigaciones indican que la eficacia de la educación infantil depende de la cooperación de los padres y comunidades, los profesionales de la educación infantil necesitan conocer este hecho para realizar su cometido.

Como puedes comprobar tenemos mucho trabajo por delante… ¿Empezamos?